Resulta de utilidad saber distinguir cuales son “los contratiempos” que se deben evitar.
Del lado de las plantas:
Una panta en general tendrá una parte aérea y otra que se desarrolla dentro de la tierra. También estará inervada por vasos por los cuales llevara los nutrientes y otros por los que llevara agua y minerales. (A los primeros se los llama floema y a los segundos xilema)
Estos vasos estarán, en general dispuestos de una forma circular (la imagen característica de los anillos en una rodaja de madera expuesta de un tronco, son una forma fácil de poder observar, diferencias en ellos, en donde su ancho, reflejara la actividad que tuvo durante un periodo, sea primavera-verano, otoño-inverno. En el ancho del anillo y dentro de cada anillo tendremos, la poción correspondiente al transporte de agua, minerales y aquel de los demás nutrientes, propios de la savia. En la parte aérea encontraremos por fuera a los vasos correspondientes a la savia y por dentro a los que transportan el agua.
En la raíz, la mayoría de las plantas, invierten este orden y se encuentra por fuera a los vasos que llevan el agua y por dentro a los que llevan a los nutrientes.
O sea, durante muchos años, las plantas “llamadas superiores” ordenaron sus vasos de forma de que sea más eficiente y económico, cumplir con su función. En los tallos y partes aéreas, con las cuales se aleja de la raíz, colocan al transporte del agua, lejos de la evaporación y en la raíz, en contacto con la tierra, facilitando el movimiento del agua y los minerales. También las paredes de los vasos que transportan nutrientes tienen propiedades que, en algunas especies tienden a mejorar su eficiencia “adaptativa”. (serosas, cauchos, sustancias no solubles en agua)
Del lado del “soporte” que, en general es tierra:
En un suelo en el que drene el agua con facilidad, determina que la planta pueda absorber con rapidez y retener al agua.
En un suelo arcilloso, por las propiedades coloidales de la arcilla, suele retener al agua e incluso, no entregarla. Así que las plantas desarrollan otras estrategias para “seguir consiguiendo esa agua”. El segundo efecto de los suelos arcillosos a tener en cuenta es que, se contraen muchísimo y que al hacerlo, “podan” raíces. Contra estas características, quedan relativamente pocas plantas que, pueden con ello. Y, otra característica “restrictiva” del sueleo arcilloso, es encontrarse con una zona a los 30 centímetros de profundidad (aproximadamente) también llamada “primera napa” o “capa freática”, siendo lo verificable que: por ella se escurre todo exceso de agua, en la dirección de su pendiente “natural” (si no fue modificado artificialmente) y que si se tuviera algún tipo de “obstrucción” natural o no, se la encontrara llena de agua y está en su permeabilidad vertical, será lenta, aunque finalmente la dejara bajar.
Así que, en nuestra extensa pampa, debemos tenerlo siempre en cuenta.
En cuanto a que esa poda, en el caso de suceder, redunde en una dirección favorable al desarrollo de esa variedad en nuestro jardín. La poda, producto de la deshidratación, resulta menos selectiva que la poda por “putrefacción” como consecuencia del encharcado. A esta última solo la resisten aquellas plantas de raíces superficiales o algunas pocas que se adaptan. Varias de ellas son especies características de los cercos.
En la experiencia se confirma que toda planta que logra una primera adaptación a un trasplante, luego se dedica a general su propio suelo. Utilizando de todos sus recursos, dar sombra al suelo, sea por crecimiento o dejando caer hojas, desarrollando raíces superficiales que suelten el suelo e incluso que retengan hojarasca en la superficie, etc, etc.
El tipo de suelo de un lugar determinado, responde al clima de dicho lugar.
Por ejemplo: la cubierta orgánica de un médano de arena, suele ser un “problema”, hasta que se introducen barreras al viento y en estas se retiene, materia orgánica. También, la resistencia de un suelo arcilloso, suele tener que ver con la resistencia natural al lavado de nutrientes del suelo y retener humedad y servir de fijación a las plantas que, contribuyen al resto de la sucesión de especies en el lugar.
Un gran desafío que nos ofrece pretender plantar plantas es, adecuar nuestra forma de pensar a la sencilla y luego obvia forma en que preceden las plantas.
Por ejemplo: observar la forma en que se protegen de exterior, cubiertas duras o no. Una gran retención de agua en sus zonas centrales, como las carnosas. Sobre las primeras la factibilidad de reproducirlas por esqueje partiendo de un tallo verde, suele ser posible y de uno leñoso, muy poco viable. Y, con las segundas, poner la rama podada en tierra mojada es iniciar una putrefacción en cambio, después de unas horas a la interpedie, luego de la deshidratación de sus extremos, prosperara.
Un aporte de tierra negra o mejor aun un compost maduro, suelen ser el mejor sustrato para el crecimiento. (tomando los reparos necesarios a los vientos y en cantidad suficiente al tamaño como mínimo para sus raíces) Luego, al no ser “natural” respecto al suelo nativo, se deberá esperar, en un tiempo, nuevas actuaciones.
Por eso, la mejor forma suele ser encontrarse con las características nativas de ese suelo y adecuarse aprovechando la capacidad de todas las especias a formar su propio suelo.
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